Descripción
Los comentarios de Martín Lutero constituyen un material de referencia obligatorio, no sólo para comprender su actividad reformadora, sino también para entender el cambio operado en el método de exégesis y exposición bíblica a partir de la Reforma.
Hasta entonces, el método empleado por la Iglesia Romana era el de la interpretación alegórica, que supeditaba el texto bíblico al sistema eclesiástico o doctrinal establecido por el magisterio de la Iglesia. El principio hermenéutico de Lutero invierte esta relación y parte del presupuesto de que Dios se revela en la Escritura y no en la estructura eclesial, confiriendo a la Escritura una autoridad incontestable. De mero objeto; el texto bíblico se transforma en sujeto; y la Biblia, que antes estaba sometida al sistema doctrinal, pasa ahora a socavar sus fundamentos.
En su comentario a 1a Timoteo, Lutero toca casi todos los temas que siguen siendo motivo de preocupación para la Iglesia en nuestros días: la elección y las cualidades de los pastores y de los diáconos, la responsabilidad de la Iglesia en la labor social, la actitud correcta de los gobernantes, la defensa de la doctrina cristiana frente a las herejías y un largo etc. Lutero, en la cresta de la Reforma de la Iglesia, consciente de los peligros que amenazan la vida y la fe de los creyentes, expone sus ideas sobre el ministerio cristiano, las relaciones de unos para con otros en la Iglesia y el respeto debido a las autoridades seculares.
Fiel al mensaje del evangélico de Cristo, el reformador alemán resume todas las responsabilidades, derechos y obligaciones del creyente en un solo mandamiento: El Amor de Dios y al prójimo.