Descripción
Los comentarios de Martín Lutero constituyen un material de referencia obligatorio, no sólo para comprender su actividad reformadora, sino también para entender el cambio operado en el método de exégesis y exposición bíblica a partir de la Reforma.
Hasta entonces, el método empleado por la Iglesia Romana era el de la interpretación alegórica, que supeditaba el texto bíblico al sistema eclesiástico o doctrinal establecido por el magisterio de la Iglesia. El principio hermenéutico de Lutero invierte esta relación y parte del presupuesto de que Dios se revela en la Escritura y no en la estructura eclesial, confiriendo a la Escritura una autoridad incontestable. De mero objeto; el texto bíblico se transforma en sujeto; y la Biblia, que antes estaba sometida al sistema doctrinal, pasa ahora a socavar sus fundamentos.
Lutero centra su comentario a las cartas de Pablo a los Corintios en lo que podríamos denominar como dos grandes bloques temáticos; El Hogar Cristiano y La Resurrección. Por su enérgica y razonable defensa de la santidad del matrimonio y de la vida familiar, a Lutero bien se le podría considerar un apóstol de la vida matrimonial y un defenso del papel de la mujer. El reformador alemán, con la Biblia en la mano, como era su costumbre, no tan sólo sostiene el matrimonio cristiano es una vocación religiosa superior a la del celibato y a la vida conventual, sino que se opone también a la opinión común y generalizada en su época que menospreciaba el matrimonio como una «atadura» tendente a degradar el papel de la mujer en la sociedad. Si se toma en cuenta que Lutero escribió este comentario siendo todavía célibe (1523), sus palabras adquieren una relevancia extraordinaria